—No tienes por qué estar triste, yo tengo
la solución a tu problema.
—¿De verdad?, ¿dime cuál es?
—Escucha bien lo que te diré.
Entonces, Mathius dijo lo siguiente:
Encontrar a una persona con quien tener sexo casual es fácil, pero encontrar a
alguien con quien hacer el amor toda la noche, que haga estallar todos tus
sentidos, que provoque tu lado más perverso con mordidas leves sobre tu cuerpo,
que después de un orgasmo los dos queden tendidos sobre la cama totalmente
desnudos, y de pronto, de tanto cansancio, se queden dormidos.
A la mañana siguiente, cuando despiertes, ¿sabes lo que es lindo? Despertar y
descubrir que te hayan llevado hasta la cama un delicioso café, un emparedado y
una pequeña nota que diga «te amo tanto, gracias por estar conmigo». Entonces,
tú, como niña enamorada, sonrías.
Recuerda Ivonne que eso solo lo hace un hombre enamorado, y encontrar a alguien
así es lo difícil, encontrar con quien compartir todo eso es lo más cercano a
la felicidad.
—Es hermoso todo lo que has descrito, Mathius, me gusta y ojalá pueda encontrar
a un hombre así —dijo Ivonne.
—Solo que hay algo malo, Ivonne —dijo Mathius algo preocupado.
—¿Qué cosa?
—Que todo lo que te he dicho, también lo usan varios de mi especie para seducir
y engañar a muchas mujeres, pues se comportan tan bien, hacen todo lo que
describí, pero no con fines serios, sino solo aparentar que te quieren y te
aman, para luego de un par de veces de haber estado contigo en la cama, irse
sutilmente y nunca más saber de ellos. Todo lo que te describí es una falacia
del amor verdadero o falacia del falso amor.
—Entonces ¿cómo sé que alguien de verdad me quiere o me ama?
—En estos tiempos saber eso es muy difícil, pues la gran mayoría solo busca
sexo y no compartir jamás una vida contigo, con todo lo que implica compartir
(cosas buenas y malas). Así que debes tener mucho cuidado, porque si te
enamoras de alguien que te aplique la falacia del falso amor, la única que
sufrirá serás tú al ser un objeto desechable para él y para otros que buscarán
hacerte lo mismo. Y sabes ¿qué es lo peor?
—No, ¿qué?
—Que existen algunos tipos que aparte de aplicarte esa falacia, te harán creer
que tú tienes el control de esa "relación" y te dejarán "en
apariencia" hacer de ellos lo que quieras. Tú dirás para tus adentros «A
este hombre, lo tengo comiendo de la palma de mi mano», pero en realidad, ese
tipo, al llegar a su casa, se verá frente al espejo y se dirá a sí propio «¡Qué
ilusa es! Mi plan está saliendo mejor de lo que esperaba y ahora ella cree que
me tiene en sus manos, ja, ja, ja, pronto se dará cuenta que para mí solo fue
un juego más, pero por ahora, debo seguir haciendo el papel de un imbécil que
soporta todos sus caprichos y tolera todos sus tratos; pero ya pronto verá con
quién se ha metido. Por mientras, que siga creyendo que soy el imbécil pisado,
enamorado y que haré todo lo que ella me pide ja, ja, ja, ¡ilusa!».
Luego de escuchar esto, Ivonne quedó muy impactada, pero entendió que debe
estar muy pero muy atenta a la vida y a los hombres.
Cuento: Falacia del amor verdadero
Escrito por David Misari Torpoco
9 de mayo de 2024
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