9 | Circe

 


Era viernes por la mañana y Eloísa escribió por WhatsApp a su amigo Uilen (Wilen) para saludarlo y saber de él, pues hace tiempo que no se veían en persona. Fue así como quedaron en verse por la tarde en plaza Francia para ir a comprar libros.

Una vez que se encontraron, Uilen quedó impactado por la belleza de su amiga Eloísa y le dijo:

—¡Vaya, Eloísa! ¡Tan hermosa como siempre! Me agrada verte, pero hay algo que me llama la atención.
—Gracias amigo, tan gentil como siempre, pero dime ¿qué te llama la atención?
—Tu cabello largo y encrespado.
—¿Ah, sí?, ¿por qué?
—Me recuerda a la diosa Circe.
—¿Circe?
—Sí, la diosa y hechicera de la mitología griega.
—Mmm, no entiendo.
—Me refiero a que Circe, según algunos biógrafos e investigadores de la mitología, la describen con un hermoso cabello largo y encrespado, como el tuyo.
—¡Ah, mira! No sabía eso eh... Mmm y ¿en qué libro o mito aparece Circe?
—¿Es en serio?¿No lo recuerdas?
—Mmm... la verdad, con todo este trabajo ya ni he tenido tiempo de leer, amigo.
—Verás, Circe es la hechicera que aparece en la Odisea.
—¡Ah, sí! Creo que ya recuerdo un poco.
—Bueno, Circe al igual que tú, también era una mujer muy hermosa.
—Me ruborizas, amigo, je, je, je.
—Verás, Circe fue la que convirtió a los tripulantes de Odiseo en cerdos, pero no pudo convertirlo a él, puesto que Odiseo era muy inteligente y supo tomar sus precauciones.
—¿Cómo así?
—Circe poseía magia y con su magia hacía olvidar a los hombres su hogar, su familia.
—¡Ah!, ¿era brava la diosa?
—¿Brava?
—Claro, pues hacía que los hombres se separen de sus esposas o algo así, ¿no?
—Digamos que en cierto modo hacía eso, ya que al hacerlos «olvidar» de sus esposas, pues se separaban de ellas, pero había algo más que leí hace poco en la investigación de un filólogo neerlandés.
—¿Qué cosa, Uilen?
—Según este filólogo, Circe hacia que los hombres se olviden de sus esposas no tanto con la intención de «separar» o que ya no quieran a sus esposas, sino por otro motivo más... Mmm... profundo, digamos.
—Un poco extraño que ella use hechizos solo para hacer que los hombres se olviden de sus hogares y esposas, ¿no?
—Bueno, así se narra en la literatura griega.
—Y bien, ¿cuál es ese motivo profundo? Porque si la intención no era separar, entonces...
—Te lo diré. La intención de Circe no era separarlas de sus esposas, sino lo que ella quería era solamente disfrutar del sexo con distintos hombres.
—¡Oh, carambas! Fuertes declaraciones, ¿eh?
—Pero así fue.
—O sea, le gustaba estar con varios hombres... Mmm... una mujer muy ardiente, ¿eh?
—Sí, le gustaba el contacto carnal je, je, je.
—En otras palabras, los usaba solo para el sexo.
—Digamos que sí, pero ojo, había hombres que luego del sexo, perdían la cabeza por ella, pero como era de esperarse, ella los rechazaba.
—O sea, ¿no tenía sentimientos?, ¿nunca se enamoró?
—Se llegó a enamorar, eso sí.
—¿Se casó?
—Verás, se enamoró de Odiseo, pero digamos que Odiseo fue el segundo hombre que en vez de desearla como otros, la trataba indiferente o de manera fría, además, estaba protegido contra sus hechizos.
—Ah, entonces eso hizo que ella se volviera así con los otros hombres.
—No, Circe ya era así desde antes de conocer a Odiseo.
—Ah, caray.
—Más bien, le daba cólera que Odiseo no cayera ante sus encantos.
—Te refieres a que sus hechizos ¿no funcionaba contra él?
—Odiseo estaba protegido con una hierba o planta, no recuerdo bien, pero se lo dio el dios Hermes para que no sucumbiera ante los hechizos de Circe. Sin embargo, Circe fue más ingeniosa.
—¿Cómo así?
—Pues para vencer a un hombre muy inteligente como Odiseo, se necesita una mujer también inteligente y por eso, ella recurrió a una estrategia para que Odiseo acceda a acostarse con ella por un buen tiempo.
—¿Qué hizo?
—Circe le dijo que si él se queda con ella por un año y todas las noches tienen sexo salvaje... solo así, ella quitará el hechizo de sus tripulantes y dejarán de ser cerdos, de paso, lo dejaría partir a él. Odiseo tras escuchar esto, la miró y le dijo: «¡Oh, Hija de Helios! No recurres a la inteligencia para vencerme, sino a la astucia». De esa manera, Odiseo se quedó con ella por todo un año.
—¡Qué interesante lo que me cuentas, Uilen! Me has alegrado la tarde, pues siempre que se sale contigo, una aprende algo nuevo. ¿Sabes? Ya que estamos por aquí, dime qué libros de mitología griega puedo comprar.
—Libenter! (latín que significa «¡Con todo gusto!»).

De esa manera, Eloísa y Uilen procedieron a buscar y comprar libros. Eloísa se entusiasmó y se mostró decidida a aprender más sobre la mitología griega, gracias a la conversación que tuvo con su amigo Uilen. Ambos pasaron una magnífica tarde comprando libros.

Cuento: Circe
Escrito por David Misari Torpoco
20 de agosto de 2021 


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