Muchos conocen a Friedrich
Nietzsche como filósofo, pero esta no fue su carrera. Si bien Nietzsche se
sintió muy atraído por la filosofía, la carrera que realmente estudió fue
Filología Clásica en la Universidad de Bonn y luego en la de Leipzig, donde
obtuvo un doctorado (precisamente en Filología) en 1869. Durante su formación,
adquirió una profunda comprensión de la lengua y literatura griega y latina, lo
que influyó y le sirvió considerablemente en sus obras filosóficas.
Cuando Nietzsche estudió
Filología Clásica, lo primero que aprendió y dominó fue el estudio de las
lenguas clásicas. En otras palabras, Nietzsche fue un experto en griego y
latín, lo que le permitió leer y analizar los textos antiguos en su idioma
original. Su dominio de estos idiomas fue clave para la interpretación de obras
de autores clásicos como Homero, Sófocles, Platón, Aristóteles y los poetas
latinos.
En segundo lugar, aprendió
a analizar textos de forma meticulosa, identificando no solo el contenido, sino
también las estructuras lingüísticas, los matices de significado y las
interpretaciones posibles en función del contexto histórico y cultural. Esta
habilidad la aplicó más tarde en sus propios escritos filosóficos.
En tercer lugar, el
conocimiento de la cultura y filosofía griega se incrementó. Logró esto, puesto
que, al estudiar los textos griegos, Nietzsche se empapó de la filosofía y la
cultura de la antigua Grecia. Adquirió un entendimiento profundo de los
pensadores presocráticos, los filósofos como Platón y Aristóteles, y la
tragedia griega, especialmente las obras de Sófocles y Eurípides. Esta
influencia sería central en su filosofía posterior.
A su vez, el enfoque
crítico de Nietzsche hacia la moral, la religión y la filosofía occidental
puede rastrearse en gran medida a sus estudios filológicos. En particular, su
visión de la «moral de los esclavos» y su crítica al cristianismo están
impregnadas de su conocimiento profundo de los textos clásicos, a través de los
cuales identificaba lo que consideraba como una degeneración cultural y moral
desde los tiempos antiguos hasta la modernidad.
Asimismo, esta carrera hizo
que Nietzsche despierte (también) un interés por la evolución histórica de las
ideas. Por tal motivo, su formación en filología le permitió comprender cómo
los textos filosóficos y literarios se transformaron a lo largo del tiempo y
cómo las ideas de figuras clave influenciaron a generaciones posteriores. Fue
una base para sus propios conceptos sobre la «voluntad de poder» y el «eterno
retorno», ya que estos tienen resonancias de su estudio sobre la cultura griega
y las tragedias antiguas.
En cuarto lugar, los
estudios de filología no solo le dieron acceso al contenido de los textos, sino
también a las técnicas literarias, el estilo y la retórica. Nietzsche usó un
estilo literario sofisticado, lleno de metáforas, aforismos y analogías, algo
que probablemente perfeccionó gracias a su formación filológica. Esto lo
observamos al leer un concepto clave que Nietzsche desarrolló más tarde en su
obra El
nacimiento de la tragedia, puesto que ahí abordó el tema de la dualidad
entre lo «dionisíaco» (la irracionalidad, el éxtasis) y lo «apolíneo» (la
racionalidad, la armonía). Este concepto está directamente vinculado a su
estudio de las tragedias griegas, en particular, la obra de Sófocles y el
pensamiento de Platón. Su comprensión de estas tradiciones le permitió crear
una síntesis propia que influiría profundamente en su filosofía.
Por último, Nietzsche
desarrolló una crítica radical a Platón, cuyo pensamiento influyó de manera
decisiva en la tradición filosófica occidental. Su formación filológica le
permitió entender las sutilezas del pensamiento platónico y le proporcionó las
herramientas para cuestionar las bases del idealismo, la moral cristiana y
otras estructuras de la filosofía occidental.
Por esto y más, la carrera de
Filología Clásica fue fundamental para Nietzsche, no solo por el dominio de los
textos antiguos, sino también por las herramientas críticas que le brindó para
formular sus ideas filosóficas sobre la cultura, la moral y la historia. A
través de estos estudios, Nietzsche desarrolló una perspectiva única y
profundamente crítica hacia la tradición occidental, que sería el núcleo de su
obra filosófica.
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